EL HUMOR DEL DISPARATE

En un pequeño pueblo había un zapatero con su zapatería, a la cual iban todos los habitantes a comprar los zapatos.
Los habitantes se dieron cuenta de una cosa, nunca habían visto al zapatero sin estar detrás del mostrador, ya que nunca salía de detrás de él, su casa estaba dentro de la zapatería y su comida se la compraba su señora de la limpieza.
Un día el zapatero se pensó que estaba solo en la tienda y decidió salir de detrás del mostrador, pero no se dió cuenta de que un habitante del pueblo le estaba observando desde la calle a través del cristal. Entonces el habitante se dió cuenta de por que el zapatero nunca salía de detrás del mostrador; era porque el zapatero tenía unos pies 10 veces mas grandes que los de una persona normal y en vez de usar zapatos usaba unos calcetines de lana tejidos acorde con su tamaño de pies.
Pronto el rumor se extendió por toda la ciudad y el zapatero tuvo que dar la cara y explicó que era un problema de gigantismo que solo le afecto a los pies. La gente le creyó, pero ninguno estaba tranquilo.
Los problemas llegaron pronto ya que el zapatero no para de pisar a las otras personas cuando andaba y cada vez que saltaba se producían terremotos en el pequeño pueblo, por ello los habitantes empezaron a cansarse.
Una noche, mientras el zapatero dormía, los habitantes del pueblo entraron en la zapatería con la intención de atar al zapatero y echarle fuera de la ciudad. Cuando entraron en su habitación se asustaron mucho al ver que el zapatero staba de pie, entonces le enfocaron la linterna a la cara para ver si estaba dormido o no, y efectivamente si que estaba dormido... dormido DE PIE.
Después de comprobar que estaba dormido los habitantes le ataron y lo tiraron en las afueras de la ciudad y colocaron un cartel en frente del pueblo en el que decía: " PIES GRANDES NO".
Cuando el zapatero se despertó vió lo que ponía en el cartel y enfurecido se dirigió a el pueblo, y aprovechando sus enormes y fuertes pies destrozó todo el pueblo a patadas.




FIN